Centro campestre con extensas áreas verdes, variedad de ganado vacuno y comidas típicas es el lugar indicado para pasar un ameno día en familia.
Uno de los pocos distritos que cuenta con zonas agropecuarias, campestres, históricas y con mucha diversión en un solo lugar es el distrito de Puente Piedra. Esta comuna, ubicada en el Km. 28 de la Panamericana Norte y con una extensión de 71,18 kilómetros cuadrados abre sus puertas a los visitantes para recibirlos y hacerles pasar momentos placenteros.
En Puente Piedra el visitante encontrará lugares verdaderamente acogedores, cargados de un grato ambiente rural como la Granja Heidi, el Centro Artesanal El Dorado, el vivero Las Palmeras, así como los restaurantes turísticos El Péndulo y el reconocido La Matarina; espacios que en pocos minutos lograrán que el turista olvide el estrés de la ciudad y viva una experiencia inolvidable.
El Torito
Uno de esos centros campestres, y que se suma a los lugares mencionados, es el Centro de Esparcimiento El Torito, ubicado en el Km. 32.5 de la Panamericana Norte. Este agradable espacio, perteneciente a los esposos Margarita Quilca y Remigio Juan de Dios, está dirigido al público en general, siendo los escolares del nivel primario quienes más concurren a este lugar.
En El Torito existen extensas áreas verdes: unas sirven como canchas de fútbol y vóley, en las cuales los visitantes organizan los típicos campeonatos “relámpago”; otras son utilizadas como zona de descanso donde las familias aprovechan el espacio para charlar de manera amena y tranquila; y unas terceras están destinadas para realizar juegos recreativos como ginkanas y actuaciones.
Otro de los atractivos es la mini granja de animales menores, en la cual hallamos llamativas aves de corral: coloridos periquitos australianos, particulares gallinas japonesas de cresta negra, así como la presencia de tímidos conejos y cuyes. Esta mini granja es una de las grandes razones por las que niños, jóvenes y adultos visitan El Torito.
Unos metros más allá de la mini granja el visitante podrá ver a hermosos pingüinos de Humboldt, rescatados por sus dueños de unos arenales de Ventanilla, y que diariamente se alimentan de un kilogramo de pejerrey. Asimismo, están los venados de cola blanca, y a pocos pasos un impresionante carnero de raza Junín, caracterizado por cuatro imponentes cuernos, rodeado de ovejas también de raza Junín.
Sin embargo, lo que le da el nombre a este apacible lugar son la casi media centena de toros: gruesos y robustos mamíferos que son el principal atractivo de este centro de esparcimiento. Cada uno de estos bóvidos, de acuerdo a la señora Margarita Quilca, dueña del establecimiento, come al día - entre maíz, trigo, avena, alfalfa y otros alimentos de engorde - diez kilogramos.
Finalmente, El Torito también cuenta con un amplio comedor donde los visitantes podrán degustar de los exquisitos platillos de las tres regiones de nuestro país y de una amplia, cómoda y segura piscina. Así que ya lo sabe, amigo lector, con El Torito tiene más de una razón para escaparse por unas horas de la estresante y caótica ciudad.
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